También llamadas pruebas del parche. Consiste en la aplicación sobre la piel (generalmente en la espalda) de una batería de sustancias alergénicas. El paciente lleva pegados los parches en la espalda durante 48 horas, tras las cuales se despegan y se hace una primera lectura. Transcurridas otras 48 horas, el paciente volverá a consulta para realizar una segunda lectura. Las pruebas epicutáneas son muy seguras siempre que se utilicen sustancias estandarizadas.